
Hace cerca de dos mil años....
Aunque a muchos parezcan días de vacaciones y de jolgorio, las jornadas de Semana Santa son de meditación y reflexión.
Meditación sobre el maravilloso mensaje, además apoyado por sus hechos, de amor de N.S. Jesucristo y reflexión sobre su precioso mensaje.
Hoy que conmemoramos 1975 años del ajusticiamiento, vil asesinato, del inocente Nazareno, su mensaje tiene tanta vigencia como hace dos milenios.
Se podría llenar páginas y páginas con el maravilloso hijo de Dios Padre, baste con decir que su predica de amor y humildad es impactante.
Sin duda, debiéramos impactarnos, dejando de lado la vida consumista y a-valórica Para sumarnos en falanges a los predicadores de su palabra.
Con un poco menos de egocentrismo y una pizca menos de egoísmo, podríamos hacer la copia del Edén.
Sin duda, siguiendo los valores inculcados por Cristo, desterraríamos de plano la injusticia y millones dejarían de sufrir por la codicia de otros.
Hacemos un llamado a los jóvenes, a desterrar el mundo sensorial y vicioso que nos quieren vender y volver a la palabra divina.
Sin duda es un desafío difícil, seguir las normas cristianas no es fácil, pero, la recompensa espiritual es inmensa y hace que valga la pena el sacrificio.
Por estas fechas, bajamos nuestras banderas de lucha, como un homenaje agradecido a Dios por su gran amor.