Para visializar las placas patente de mejor manera, amplie la imagen
haciendo doble click sobre ella.
Desde el inicio de Transantiago, hace ya casi 9 meses, hemos sostenido que es una gigantesca muestra de improvisación, que la planificación hecha durante el Gobierno de Lagos fue deficiente, por decir lo menos, y la puesta en marcha por el Gobierno de Bachelet fue una falta de respeto inaceptable e intolerable para el pueblo santiaguino.
Es cierto que se ha corregido algunos de sus errores, pero no es menos cierto que no se han realizado las obras de infraestructura indispensables, que las mallas de recorridos siguen siendo insuficientes e ineficientes. Si no fuera por el apoyo de las Municipalidades y de los minibuses piratas que aparecen en las madrugadas y los anocheceres, el colapso sería un desastre.
Si agregamos, a lo anterior, que el Ministerio no realiza las funciones fiscalizadoras, solo se preocupa de que haya más buses circulando, constatamos, como lo hicimos hoy la completa impunidad con que funcionan buses ilegales, pintados con los colores institucionales del Transantiago, con letreros de recorrido del sistema, pero con patentes que no corresponden a las especialmente confeccionadas para diferenciar a los transportistas legales.
Como muestra de las aseveraciones que hacemos, hemos ilustrado esta sección con cuatro fotografías, que corresponden a dos buses que circulaban en las condiciones referidas, cuyas placas patentes antiguas, esas que dice Chile y no las que dicen Transantiago, son SZ-5861 y SA-6018. Con ambos vehículos nos cruzamos en un lapso no superior a los 30 minutos y ambos expedían por sus tubos de escape, arriba del techo, gruesas columnas de humo negro.
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Para aquellos que creen que no hay alternativa y que los partidos de la Alianza son la única posibilidad de oponerse a una concertación incapaz y corrupta, les transcribimos una noticia que ciertamente les llenará de optimismo.
VALPARAISO, 31 de Octubre de 2007 11:47
MUNA REALIZO AMPLIADO DE DIRIGENTES Y BASES EN VILLA ALEMANA
Con la asistencia de varios centenares de militantes, adherentes y dirigentes, el Movimiento Unitario, MUNA, nuevo partido político autorizado por el Servicio Electoral, realizó su segundo ampliado, en la comuna de
Villa Alemana, en la V Región.
El encuentro estuvo destinado preferentemente a intercambiar información acerca de la estrategia para captar a los 9 mil 900 militantes que requiere,de aquí a mayo del 2008, para constituirse como partido político regional en
tres zonas del país, la Cuarta, Coquimbo, la Quinta, Valparaíso, y la Sexta, del Libertador Bernardo O"Higgins.
El encuentro, netamente de trabajo, concentró a personas venidas de esas tres regiones y culminó con un almuerzo de camaradería. Los asistentes
escucharon exposiciones a cargo del presidente de la directiva provisional, Guillermo Baltra Aedo, y del Presidente Nacional del Muna, Miguel EspinozaGuzmán. Posteriormente, se formaron varias comisiones de trabajo.
( Agencia ORBE)
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La Presidente Michelle Bachelet Jeria sigue sorprendiéndonos con frases para el bronce, que estamos ciertos no nacen de sus propias convicciones, y que son desmentidas a diario por el actuar del Gobierno que ella encabeza:
"Son las personas las que deciden, y no el Estado"
¿ Se habrá dado cuenta la mandatario de que en Chile no se le respetan los derechos a nadie, que sus amigos imponen sus anti-valores a la fuerza o que el pueblo chileno es mayoritariamente Cristiano?
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Columna conclusiva
Gonzalo Rojas Sánchez
Una de las incógnitas más interesantes para todos los analistas políticos es qué está pasando realmente con las bases de la UDI en estos días del neolavinismo bacheletista.
Columnistas, editorialistas, reporteros especializados, investigadores, entrevistadores, todos, todos, saben o sospechan que no es la UDI en sí misma la que habla a través de ese senador metropolitano, de unos pocos diputados o de aquellos alcaldes piñeristas hoy de nuevo alineados con Lavín (¿mañana con Lagos?).
Ante todo, los observadores -valgan también por lo tanto estos comentarios para la opinión pública interesada, en general- deben saber que mucha gente de la UDI ya no pertenece al partido. Son profesionales, empleados y pobladores que lo abandonaron desde mediados de los 90 por sus crecientes debilidades en la defensa de una sociedad libre y responsable; son pinochetistas que lo dejaron al ver cómo muchos de sus dirigentes claudicaban en la defensa de la misma obra que ayudaron a construir; son, en fin,
jóvenes provenientes de los movimientos universitarios que ni se plantearon ingresar a la
UDI por el estado de clamorosa mediocridad en que la directiva juvenil nacional vivía hasta el año pasado.
Pero esas personas piensan UDI, vibran UDI y trabajan UDI, porque es gente convencida del valor superior que tiene el proyecto de Jaime Guzmán, del cual la UDI es depositaria, aunque no dueña absoluta.
Y de igual modo, junto a esa gente que no está en el partido, muchos otros aún dentro de él siguen mirando a Guzmán como su paradigma, lo que significa que siempre comparan los principios y acciones de sus actuales dirigentes, con los claros y decisivos textos y comportamientos del senador asesinado.
¿Y a qué conclusión llegan esas personas en estos días? A una muy simple, muy obvia: No se deben buscar acuerdos con la Concertación y se le debe hacer una fuerte oposición por cuatro razones fundamentales:
Porque es un Gobierno profundamente anticristiano y antihumano: sobran los ejemplos y en estos días se vuelven a apreciar sus posturas condonistas y pildoristas; porque es un Gobierno notablemente ineficiente: faltan páginas para llenar este item; porque es un Gobierno en el que se enquista lo más duro del marxismo-chavismo,
tendencia que quiere vincular a Chile con esa ola de neocastrismo; porque es un Gobierno
profundamente corrupto: faltan más páginas para llenar este item.
Por lo tanto, concluyen, apoyarlo, buscar acuerdos o sacarlo de sus apuros es perjudicar a todos los chilenos en una, dos, tres o todas las dimensiones anteriores. Estiman que sólo se debe dialogar con este Gobierno en el plano legislativo y, por cierto, en las reuniones abiertas o privadas que la esencia misma de la política exige, sin más oferta que las propias convicciones planteadas como alternativas claras y fuertes. Pero, concluyen, lo que está haciendo Joaquín Lavín consiste justamente en vulnerar todos los criterios anteriores.
Por cierto que toda esta gente cree en las buenas intenciones de Lavín, aún en medio de su profundo error doctrinal y práctico. Pero también esas personas se preguntan legítimamente: ¿Se mantienen las buenas intenciones de Lavín si no busca siquiera acercarse a conocer la evidencia de la enorme oposición que experimenta en su propio partido?
Nota de la Redacción: Gonzalo Rojas es Periodista, Abogado e historiador, además de un gran formador de juventudes.
Columnistas, editorialistas, reporteros especializados, investigadores, entrevistadores, todos, todos, saben o sospechan que no es la UDI en sí misma la que habla a través de ese senador metropolitano, de unos pocos diputados o de aquellos alcaldes piñeristas hoy de nuevo alineados con Lavín (¿mañana con Lagos?).
Ante todo, los observadores -valgan también por lo tanto estos comentarios para la opinión pública interesada, en general- deben saber que mucha gente de la UDI ya no pertenece al partido. Son profesionales, empleados y pobladores que lo abandonaron desde mediados de los 90 por sus crecientes debilidades en la defensa de una sociedad libre y responsable; son pinochetistas que lo dejaron al ver cómo muchos de sus dirigentes claudicaban en la defensa de la misma obra que ayudaron a construir; son, en fin,
jóvenes provenientes de los movimientos universitarios que ni se plantearon ingresar a la
UDI por el estado de clamorosa mediocridad en que la directiva juvenil nacional vivía hasta el año pasado.
Pero esas personas piensan UDI, vibran UDI y trabajan UDI, porque es gente convencida del valor superior que tiene el proyecto de Jaime Guzmán, del cual la UDI es depositaria, aunque no dueña absoluta.
Y de igual modo, junto a esa gente que no está en el partido, muchos otros aún dentro de él siguen mirando a Guzmán como su paradigma, lo que significa que siempre comparan los principios y acciones de sus actuales dirigentes, con los claros y decisivos textos y comportamientos del senador asesinado.
¿Y a qué conclusión llegan esas personas en estos días? A una muy simple, muy obvia: No se deben buscar acuerdos con la Concertación y se le debe hacer una fuerte oposición por cuatro razones fundamentales:
Porque es un Gobierno profundamente anticristiano y antihumano: sobran los ejemplos y en estos días se vuelven a apreciar sus posturas condonistas y pildoristas; porque es un Gobierno notablemente ineficiente: faltan páginas para llenar este item; porque es un Gobierno en el que se enquista lo más duro del marxismo-chavismo,
tendencia que quiere vincular a Chile con esa ola de neocastrismo; porque es un Gobierno
profundamente corrupto: faltan más páginas para llenar este item.
Por lo tanto, concluyen, apoyarlo, buscar acuerdos o sacarlo de sus apuros es perjudicar a todos los chilenos en una, dos, tres o todas las dimensiones anteriores. Estiman que sólo se debe dialogar con este Gobierno en el plano legislativo y, por cierto, en las reuniones abiertas o privadas que la esencia misma de la política exige, sin más oferta que las propias convicciones planteadas como alternativas claras y fuertes. Pero, concluyen, lo que está haciendo Joaquín Lavín consiste justamente en vulnerar todos los criterios anteriores.
Por cierto que toda esta gente cree en las buenas intenciones de Lavín, aún en medio de su profundo error doctrinal y práctico. Pero también esas personas se preguntan legítimamente: ¿Se mantienen las buenas intenciones de Lavín si no busca siquiera acercarse a conocer la evidencia de la enorme oposición que experimenta en su propio partido?
Nota de la Redacción: Gonzalo Rojas es Periodista, Abogado e historiador, además de un gran formador de juventudes.